jueves, 1 de abril de 2010

Rivalidad entre Universitario y Alianza Lima habría surgido por razones políticas

La clásica rivalidad entre los compadres del fútbol peruano habría surgido por un tema meramente político que luego trascendio en lo social.

Universitario de Deportes y Alianza Lima son los clubes peruanos con mayor hinchada y tradición en el Perú, la clásica rivalidad dentro y fuera de las canchas tiene ya casi 82 años. El primer clásico que se dió entre ambos equipos se remontan al 23 de setiembre de 1928, llamado el "clásico de los Bastonazos", que enfrentó a cremas y blanquiazules.

Pese a las añejas crónicas que recogen una rivalidad de los dos equipos por cuestiones raciales; raza blanca y negra, el tranfondo del asunto sería más de cuestiones políticas que por el color de la piel de los equipistas.


Era conocida la historia que en aquel entonces mandatario Augusto B. Leguía sentía una singular simpatía por los íntimos y que incluso en algunos partidos habría influido a favor de ellos.

Según detalla Rubén Marrufo para el diario Depor, en el primer clásico jugado en 1928, Universitario ganó el partido, pero lo más importante del partido fue la descomunal bronca que se desató por la expulsión de cinco aliancistas por el árbitro. Los de universitarios celebraron su victoria ante Alianza en la puerta de un diario de la capital, que era opositor al gobierno de Leguia.

Según el historiador Jaime Pulgar Vidal cuando Alianza se impuso en el siguiente partido, proclamándose campeón nacional, sus seguidores festejaron en las afueras de otro diario, el cual respaldaba abiertamente al presidente Leguía.

Otra historia es la ya conocida que Alianza Lima era una escuadra humilde, surgida del barrio obrero de La Victoria, y que sus primeros intregrantes fueron obreros y gente de color, mientras que la "U" fundado posteriormente era un equipo conformado por estudiantes universitarios de San Marcos que pertenecian a una clase media acomodada.

Todo parece indicar que con el tiempo estas "incidencias" políticas pasaron al olvido para dar paso a las clásicas posturas raciales y de status social que predominan actualmente tanto en cremas como en blanquiazules.

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